viernes, 8 de noviembre de 2013

Darkness...




El golpe lo despertó. Yacía en el suelo, totalmente desorientado.

Al levantarse, pudo examinar la estancia: se trataba de un cuarto oscuro, únicamente iluminado por una bombilla. Las paredes estaban llenas de moho, y el suelo estaba encharcado. La pequeña habitación, no tenía puertas ni ventanas. A pesar de lo cochambroso que era el habitáculo, la bombilla del techo, era nueva y reluciente, sin  una sola mota de polvo o desperfecto.

El muchacho se acercó confundido a la pared, y empezó a golpearla, casi sin fuerzas, mientras lloraba. No entendía nada. la angustia se estaba apoderando de el...

El único recuerdo que tenía en su casi vacía mente, era el de una casa en mitad del bosque. Era un recuerdo feliz, mucho. Los arboles, cuyas hojas aparecía mojadas por el rocío de la mañana, las setas en la base...

-Puedes escapar. -Dijo una fría voz.

Se giró asustado, para verse a si mismo, en mitad de la habitación. Era el... pero con una extraña sonrisa de psicópata.

-Puedes escapar. -Repitió.

-¿Cómo...? -Preguntó casi susurrando.

-Con esto.- Respondió, mientras señalaba una soga que colgaba en el centro de la habitación.

-Pero... no quiero morir.- Balbuceó.

-En ese caso, sufrirás.

Y acto seguido, la única bombilla que iluminaba esa oscura y mugrienta habitación, se apagó.